jueves, 24 de abril de 2014

Día 85: Fin de la saga de Xochitl

Hoy por fin estoy en Madrid. Creo que nunca volveré a ver a Xochitl por mi propia voluntad, espero.

El día comenzó conmigo en el hostal. Aproximadamente a la una de la mañana. Desperté debido a la comezón excesiva que sentía en mi brazo, había pensado que eran mosquitos o algo así, pero cuando sentí algo deslizarse sobre mi mejilla me di cuenta de que no eran mosquitos. Rapidamente encendí la luz del celular y vi, con horror, como una Cimex lectularius (o chinche de cama) se deslizaba en las sabanas. Rapidamente la mate de un manotazo, pero esa noche ya no pude dormir con tranquilidad, a pesar de que trate de relajarme y pensar que no debía de haber más de ellas en esa cama. Cada roce de la sabana sentía que era una chinche alimentándose de mi sangre.

Me levante, recogí mis cosas y me fui. Era mi último día en París y quería visitar al Panteón, donde estaban enterrados los hombres de Francia. Desafortunadamente llegue demasiado temprano y no pude entrar inmediatamente. El autobús rumbo al aeropuerto de Beauvais partía a la una y quería llegar a tiempo :)

Así que desayune en una cafetería cercana y luego esperé en la fría mañana a que el Panteón abriera sus puertas.

Una vez abierto, entre, gratis nuevamente, y lo primero que me impresiono fue la enorme cupula que se levantaba sobre mi cabeza, además de los bellísimos murales que estaban alrededor de todo el (no hay otra mejor palabra) palacio, formado por una sola sala, con multiples columnas. Lo siguiente que me sorprendió fue mi gran estupidez que permitió que saliera sin cargar la camara. Por lo tanto, me la pase pegada durante un rato a un contacto cargando mi cámara a ratos mientras leía las descripciones de los murales y de las cosas que me rodeaban.
En las afueras del Panteon
Al final, todos somos mortales.










La historia de Jean D'Arc
Ebrard ataca de nuevo.

















Cabe destacar que dentro de esos muros se realizo la primera demostración de la rotación de la Tierra, por medio del experimento del péndulo de Foucault, el cual consta de un péndulo de rotación libre que permite la observación del movimiento de la Tierra con respecto al punto del que se encuentra suspendido el péndulo. El experimento se realizó con el péndulo colgando de la cúpula y fue el primero de muchos experimentos que nos llevaron a la conclusión de que la Tierra rota sobre su propio eje. No por nada París es la ciudad de las Luces.

Después de contemplar las pinturas y la magnifica arquitectura que me rodeaba, seguí mi camino hacia las catacumbas. A diferencia de la cámara superior, este era un lugar frío, oscuro y muy sencillo. Así como debe de ser una tumba.

Dentro de la cripta del Panteón se encuentra la tumba de Victor Hugo, de Alexander Dumas padre, Rousseau, Diderot, etc. Cada hombre ilustre francés esta sepultado aquí o tiene su nombre inscrito en estas paredes.

Estar ahí dentro, al lado de los restos mortales de esas personas que me habían hecho viajar tanto tiempo, caminar entre las calles de París y Marsella. Estar ahí me hizo sentir, pequeña, insingnificante y feliz, porque por un momento pude estar entre fui f, no ser una de ellos, ello sería muy presuntuoso. Pero fui feliz.Lo único malo es que no encontré una florería abierta desde temprano y no pude dejar flores en sus tumbas, como era mi sueño.

(PD, Notese que no extrañaba a Xochitl)

Después de un rato salí a la fría mañana en París, ya lista para partir hacia Madrid. Salí del Panteón y viendo la mañana tan linda y pensando que debía de disfrutar mis últimas horas en París, decidí caminar hasta la estación de autobuses, ¡Total, que son 7 km!.



Empece a caminar, llegando primero a la Catedral de Notre Dame en la Île de la cité. Ahí, visite las catacumbas de Notre Dame, las cuales revelan un poco del paso del tiempo en París, siendo en sus orígenes una ciudad amurallada, conformada por la pequeña isla de la Île de la cité.

Catacumbas :3
Catacumbas
Un pajarito comiendo en la palma de un niño. Casual.
Después de visitar rapidamente los vestigios de esa ciudad tan antigua, continúe mi camino hacia el Museo del Louvre. Ahí tome las últimas fotos del Louvre y proseguí mi camino, pasando por las Tullerias, donde conocí a un chico de Hong Kong, le saque algunas fotos, caminamos juntos y nunca se me ocurrió pedirle su número ni su Facebook -_- por eso soy buenísima para hacer amigos.

¡Adios, Louvre!

¡Adiós, Las Tullerías!

¡Adiós, París!
Seguí caminando por les Champs Élysées y pasando al lado de las panadería y repostería decidí que ahora era el momento para comprar unas de esas cositas tan lindas, los macarons, los cuales, de acuerdo con Wikipedia, son galletas elaboradas con clara de huev, almendra molida y azucar, constituyendo un dulce tradicional francés. Y además se ven re bonitos :3

¡Macarons!
El chico llevaba un perrito :3















Después por fin llegue a la Porte Maillot, compre mi boleto de autobus y me dormí en el trayecto. A pesar de que estas se supone que fueron mis vacaciones de semana santa, hice de todo, menos descansar. Al llegar al aeropuerto compre un bocadillo de pollo y un pay de manzana y comí, ya lista para regresar a la triste realidad de Madrid.

Una vez que llegue a Madrid, todo se veía distinto. Los árboles de pronto se habían llenado de hojas, los argentinos estaban a punto de cambiarse de casa por un trabajo en Niza y ya no hacía tanto frío. Ya de regreso a mi pequeño departamento, lo primero que hice fue desnudarme, meter todo a la lavadora después meterme a remojar durante 1 hora en agua bien caliente, esperando que así se me quitaran todos los ectoparásitos que pudiera habitar en mi pellejo murieran de calor.

Y así, sin pena ni gloria, regrese a Madrid.

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