domingo, 13 de abril de 2014

Día 74: Bourges y Lyon: los belgas no son lo que parecen

Todo cerrado
El día empezó temprano, tomamos un desayuno muy ligero y emprendimos nuestro camino hacia la catedral de Bourges. He de decir que era domingo. Esto es importante porque en España, en Francia y al parecer en toda Europa nadie hace nada en domingo. Y todos cierran tiendas y restaurantes por igual. Así que cuando empezamos a caminar todo estaba cerrado. Empezando por la catedral.

Como estaba cerrada la catedral, tuvimos que ir a perder el tiempo mientras, encontrando un cafe en una plaza, pero que tuvimos la muy mala suerte de que habían decidido no vender comida hasta después de las 12. Así que solo tomamos café y té, además de algunas fotos de ese lindo restaurante en el que estabamos. 
Restaurante bonito sin comida

Después de un rato, volvimos a la catedral, estando esta ya abierta y por alguna razón había muchas gitanas dando ramitas a cambio de monedas. Creí que era la tradición del lugar, hasta que me di cuenta que de acuerdo con mis super conocimientos de la fe católica inculcados a punta de absurda repetición desde mi tierna infancia, ese día era domingo de ramos. Y estabamos en una iglesia. Así que por eso nos daban ramas. Entramos a la catedral y resulto ser francamente impresionante. Pero muy parecida a la de Orleans. En algún punto del viaje vi un diagrama en el que se explicaba que eran como evoluciones unas de las otras, siendo la de Bourges una de las más nuevas. Además, esta no tiene la caracteristica forma de cruz latina, distinguiéndose de las demás catedrales y siendo preludio de la catedral de Toledo.
¡Amo los vitrales!

Como era domingo de ramos todo lo estaban preparando para la misa y se veía muy bonita la catedral por el interior iluminada con muchisimas velas. Por dentro y por fuera la catedral es maginifica, siendo facilmente la más grande e impresionante de todas las que se visitaron en ese viaje. Había un paseo en el que se puede subir a la torre de la catedral, pero por la misa que se iba a llevar a cabo no estaba disponible la subida a la torre.



Nave inmensa
¡Me encantan los vitrales!
De esas veces que vas a un lado y sientes que Marcelo Ebrard rige esta ciudad con tantos arreglos -____-
¡Hail Shub Niggurath!
En este viaje cometimos un grave error, este fue comprar los boletos del tren anticipadamente, siendo imposible saber de antemano si el lugar al que ibamos estaria lo suficientemente interesante para quedarnos el tiempo planificaco. De esta manera, si bien Bourges resultaba encantador, no era lo suficientemente interesante como para quedarnos allí un día completo. Aunque había(¿mos?) investigado el interes de cada una de las ciudades, no considera(¿mos?) el tiempo que nos tomaría visitarlo. Debimos de comprar los boletos al momento, es decir, en cuanto nos aburrieramos :/

Casas de cuento :3
Pronto nos encontramos vagando en las calles del pequeño pueblo, vagando sin rumbo por las calles de Bourges, admirando la arquitectura tan... no se como llamarla... ¿folclorica? No se. Las casas eran tan lindas :3 Llegamos a un mercado en donde vendían vegetales, carne y comida preparada. Dimos unas vueltas y estabamos decidiendo que hacer con el mapa en mano, cuando un señor muy amable nos pregunto si estabamos perdidas. Le contestamos que no en español, pues lo hablaba un poco. Se puso a platicar con nosotras y nos pregunto si ya habiamos comido. Le dijimos que no, pero que probablemente comeriamos en el mercado ambulante que acababamos de pasar. Nos dijo del local de uno de sus amigos, de comida ecuatoriana, y nos llevó hasta el. Vendían bolitas de arroz con coco y camarones y olía delicioso pero la verdad estaba un poco caro. Dudamos, pero basicamente para no quedar mal con el señor ni con la sonriende dependiente que nos ofrecía la comida, decidimos llevar dos platos de comida. Entonces él saco el dinero y pagó por nosotras. Nada de lo que hicimos o rogamos pudo quitarle la idea de la cabeza y al final nos corrió del puesto, poniendo una enorme deuda en mi corazón hacia los franceses.

El mercado, con Xochitl estorbando
Les Malais
Fuimos a comer a las Malais, que son como los jardines privados de los pueblerinos todos juntitos y separados por canales. No se de que otra manera describirlo, pero parecen jardines flotantes, salvajes dentro de una ciudad pequeña. Esta lleno de patos, mariposas, moscos y uno que otro cisne perdido. Me encanto comer ahí, en un tronco al lado de un río :3 Fue tan feliz.


Pa'l feis
En la torre, 360 escalones despues
Después de comer y de pasear otro rato por las Malais, regresamos a la catedral para hacer la subida a la torre de la Catedral. Fueron 360 y pico escalones, con graffitis desde 1870 y más antiguos y una vista completamente impresionante de la ciudad. Han de recordar que debido a nuestro super recorrido, en todo momento llevabamos el equipaje con nosotras. Así que cuando llegamos hasta arriba de la torre literalmente nos tiramos en el piso. Despues de reponernos de la espantosa subida, nos pusimos a contemplar el paisaje, que era simplemente sobrecogedor. La vista abarcaba hasta los campos de flores amarillas y la ciudad parecía sumergida en un mar de verdor. La altura era imponente, siendo probablemente el punto más alto en el que nos encontrasemos en nuestro viaje a Francia (exceptuando la torre Eiffel, claro).
No estaba tan alto

Después de estar tomando fotos y más fotos del paisaje que veíamos ante nuestros ojos, de pronto apareció un sujeto con una mochila enorme y, al igual que nosotras, parecía a punto de darle un paro cardíaco. Por que el destino tiene caminos misteriosos, terminamos platicando con él. Nos dijo que se llamaba Robert y que estaba viajando por Europa. Nos empezó a contar acerca de él, que era belga, que había empezado su viaje en marzo y que probablemente iría a España. En una de esas rachas de inspiración que de repente le dan a Nidia y pensando en adquirir un conocido en otra parte de Europa, lo invite a que cuando visitará España, si pasaba por Madrid me buscara. Gran error.

Casi se la lleva el viento
Casita :3

Después de un rato bajamos de la torre de la catedral y nos dedicamos a deambular otro rato más, en lo que se llegaba la hora a la que salía nuestro tren rumbo a Lyon. Entramos a otro museo muy pequeño de lo que solía ser un hotel muy importante de la ciudad y posteriormente nos encaminamos a la estación de trenes.

Museo en Bourges
Nuestro tren por un pelo y nos deja por andar comprando comida. Pero al final llegamos a la ciudad de Lyon. Tuvimos que tomar un tranvia y en un momento de desesperación y de no tener nada de cambio, una chica nos invito el pasaje. Me mata tanta amabilidad delos españoles. Tardamos bastante (15 minutos) para llegar hasta nuestro hotel-motel de esa noche, razón por la cual creo yo que Xochitl estaba encabronada, pero no importó y al final llegamos al hotel, después de una pequeña caminata en la oscuridad de la noche al lado de la carretera. Nos registramos, el dueño del hotel estaba encantado de tener mexicanas con el y nos fuimos a dormir.

Cisnes en Bourges

Así acabó otro día más de las cabraventuras en Francia. Sin que les haya contado todos mis problemas emocionales y mis conflictos con la señorita Xochitl. Lección del viaje: Nunca salgas con Xochitl. Espero Ivonne lea esto.

Se borro la imagen de Bourges-Lyon :( pero claramente ahí se ve donde esta Lyon, no hay pierde :D

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