sábado, 12 de abril de 2014

Día 74: Orleans (2) y Blois, llegando a Bourges (o como Nidia fácilmente puede casarse en Francia)

Si, como las fuentes en Revolución
Orleans

El día empezó un poco nublado y parecía que haría buen clima todo el día. Iniciamos nuestra caminata rumbo hacia la estación de trenes, con la esperanza de que hubiera una consigna en donde pudieramos dejar las cosas para volver por ellas más tarde. Al no encontrar consigna, nos resignamos a caminar con las cosas, devolví mi amada bicicleta </3 y empezamos oficialmente con la visita de la ciudad. 
Vitrales en Paroisse Saint Paterne
Nos encaminamos hacia una de las iglesias que se encuentran cerca de la estación de trenes, la Paroisse Saint Paterne, la cual tiene un estilo gótico muy parecido al de la Catedral de Orleans. Aunque yo el día anterior ya la había visto, entramos nuevamente para que Xochitl pudiera verla a detalle. Aquí subiré las fotos del día ayer y de hoy, porque no tenía chiste ponerlas dos veces. 
Flores y plantas termonucleares

Despúes proseguimos nuestra caminata hasta llegar, nuevamente, a la Catedral de Orleans. He de mencionar que en esa ciudad se me pego la maldición de Javier y de Fátima en Segovia: todos los caminos llevaban a la Catedral. Mientras Xochitl tomaba fotos, digo, veía la catedral, fui a la secretaria de Turismo y pregunte acerca de que se podía hacer ese día que no tomara mucho tiempo, pues nuestro tren salía como a las 5 de la tarde rumbo a Bourges. La señorita, muy amablemente, me sugirió que fueramos a Blois, una de las ciudades que se encuentran sobre el cauce de la Loire y que es conocida por su belleza. En tren se encuentra solo a media hora de Orleans y el boleto redondo cuesta 20 euros, así que me pareció un buen trato y así se lo hice saber a Xochitl, después de que ella saliera de la Catedral. A ella también le pareció bien y nos encaminamos nuevamente hacia la estación de trenes. Ahí tomamos nuestro tren y esta vez si pude disfrutarlo más que el tren anterior, pues el otro fue de noche y este a medio día tenía un lindo encanto, con sus paisajes llenos de flores amarillas, campos sembrados y centrales termonucleares <3 Todo un paisaje francés.

Ginkgo biloba
Blois

Llegamos pronto a Blois, y caminamos hacia el Chateau de Blois, uno de los edificios más emblematicos del Valle del Loire. En el camino, nos encontramos muchas tiendas con objetos típicos de la zona, así como con bellísimos jardínes a la orilla del Chateau. Al llegar, nos encontramos frente a una explanada, desde la que se vería el río si no fuera porque alguien no muy habilidoso dejó que construyesen un montón de casa que impiden la vista del Loire. En uno de los extremos de la explanada se observaba una casa de la que de pronto... ¡Salían 3 cabezas de dragones! Llegamos justo en el momento en que esto pasaba y fue muy extraño ese recibimiento. Parecía un dragón tricefalo dorado encerrado en una casa de aspecto francés, estirando sus largas garras en un inútil intento de escapar. Tras unos instantes, la visión terminó y los dragones desaparecieron dentro de la casa. 

Medea a punto de matar a sus hijos. Impactante
Del otro lado de la explanada se asienta el Chateau de Blois. El Chateau de Bloi tiene una arquitectura muy particular, o más bien, tiene tres arquitecturas características. Posee una conjunción de 3 distintos tipos de arquitectura en un solo palacio Real, fruto de las distintas guerras y sucesiones reales: clásica, gótica y renacentista. Dentro, se encuentra un museo dedicado a la familia real de Henry IV y su esposa. Estuvimos dentro del castillo aproximadamente hora y media, recorriendo rápidamente algunas de las zonas que nos parecieron menos relevantes, pues con el boleto de entrada a la Chateau, ofrecían una entrada conjunta a la Maison de la Magie, un espectaculo de magia que empezaba a las 3:30, apenas dando tiempo a alcanzar a nuestro tren que nos llevaría nuevamente a Orleans. Entre los elementos expuestos en el museo dentro del Chateau se encontraba una gran colección de elementos arquitectonicos recuperados de la destrucción de la Primera República, durante la cual todo tipo de elementos monarquicos fueron destruidos, no importando el valor cultural y artistico de estos. Además, también se rescatan diversas estructuras y escultura que con el paso del tiempo fueron reemplazadas por modernizaciones, pero que nos ayudan a entender un poco acerca de la evolución cultural y arquitectónica de Blois. Así, se pueden observar desde dinteles de fachadas completos, gargolas, pedazos de torres y tejasAdemás, contiene las habitaciones reales del Henry IV y de María Medici, quien sobrevivió a su regio espsoso y reinó durante un tiempo, hasta que su hijo fue lo suficientemente grande para reinar. Si, ya se que suena ben Game of Thrones, pero la realidad muchas veces supera la ficción.

Vitrales en Chateau de Blois
Después de un rato en el Chateau salimos corriendo para llegar a tiempo al espectaculo de magia en la Maison de Magie. Cuando salimos, los dragones estaban escondidos y entramos en una casa-museo que estaba llena de artilugios para ilusiones ópticas. Entramos al espectaculo y resulto ser una escenificación  de magia contando los inicios de Georges Méliès, el padre de los efectos especiales. Yo, que nunca había ido a un espectaculo de magia, estaba encantada :D aunque mi yo racional sabía que había un truco raro que solo eran trucos mecanicos y ópticos, ese pequeño rincón de mi corazón reservado para la magia y las cosas raras de las que las cabras son seceretamente fanaticas, se regocijaba tratando de apartar la racionalidad y dejar entrar un rato a la ingenuidad. 
Maison de la Magie

Escaleras de caracol bonitas
Una vez terminado el espectaculo salimos a explorar el interior de la Maison de la Magie, encontrando muchas ilusiones ópticas y un recorrido muy raro con espejos. Fue muy divertido pero nuevamente no pudimos estar mucho tiempo, la hora de tomar el tren se acercaba. Salimos corriendo, nos dio tiempo de admirar la magnificencia de las casas que nos estorbaban para admirar el Loire y nos dirigimos a la estación de Blois, en  donde tomamos el tren y llegamos a Orleans nuevamente. Compramos un bocadillo en el Carrefour (¡alabados sean los Carrefour!) y nos sentamos a esperar el nuevo tren, el cual nos llevaría hasta Bourges (ni me pregunten como se pronuncia eso, sigo preguntandomelo yo también).
¡Alaben a la cabra!





El simbolo de Francois I, un dragón en plata
Atena y Marte, derribados

I'm Maria Medici and welcome to my crib
Otro impresionante cuadro
Gargolas sin edificio
Bourges

Bourges
Llegamos y desde antes de bajarnos del tren, el pueblo se veía simplemente encantador. Como el hostal no se veía muy lejos, caminamos hasta el, admirando las calles y las casitas tan lindas que había. Son esas casitas que uno ve en las peliculas medievales ambientadas en la Edad Media, con paredes de tierra y vigas de madera cruzadas por fuera, tejados de pizarra y ventanas de madera <3 Conforme caminabamos fue oscureciendose poco a poco y cuando llegamos al hostal el sol casi se había ocultado. Una vez dejamos las cosas salimos a dar una vueltita al hostal y tal vez a caminar un poco más. Atrás del hostal había un pequeño río, con su puentecito, su saludable cantidad de mosquitos y una araña gigante. Se oían las ranas y los grillos de una noche de primavera cuando alguien nos saludó.
El río detras del hostal

Un chico con un acento francés muy marcado y unos chinos que harían que hasta Memo Ochoa se sentiría envidios,  nos saludaba desde la cocina del hotel. Nos preguntó de donde veníamos, de donde eramos y esas preguntas que uno hace cuando uno esta en un hostal conociendo gente. En algún momento de nuestra breve conversación, nos invitó a cenar, pues él y sus amigos franceses estaban preparando la cena y no se que vieron en nosotras que eramos factibles de ser invitadas. Después de nuestro atolondramiento inicial, aceptamos y prometimos llevar algo a la cena, para no llegar con las manos vacías. 

La araña gigante
Así que teníamos la misión de encontrar comida/bebida o lo que fuera para llevar con los chicos franceses. Ibamos a aprovechar el camino para ver la catedral de noche, cuando de pronto un señor muy amablemente nos saludó. El hombre en cuestión (no recuerdo si nos dijo su nombre) claramente no hablabla ni inglés ni español. Al devolverle el saludo, el sujeto se sintió incentivado a seguirnos la plática y al decirle que ibamos a la catedral de pronto me tomo de la mano y nos llevó hacia allá. En algún momento decidió que yo debía de casarme con el, trato de besarme dos veces y me tomaba de la mano con amor (es que se sentía bonito como agarraba mi mano). Xochitl estaba al borde de la histeria, pensando que nos iban a matar, violar, asaltar, sodomizar o algo así, pero a mi solo me daba risa, era un señor muy normal, no estaba ebrio y solo parecía tener una afición a las mexicanas xD. Al final ni compramos nada, pero yo recibi una propuesta de matrimonio y el señor este según ya era mi marido y me amaba y así xD. Tuvimos que regresar al hotel porque las calles de Bourges estaban muy solas y mejor estar dentro de un lugar seguro que con un francés loco. La recepcionista ya le dijo que le llegara y que no molestara y el señor se fue con un cara muy triste, pero que se le iba a hacer.
La Catedral de Bourges y mi acosador

A pesar de no llevar nada, tuvimos el cinismo de ir con los chicos franceses a cenar. Eran como 5 o 6 y de ellos solo recuerdo el nombre de Vincent, porque por alguna razón estaba plenamente convencido de que no podría pronunciar su nombre. Eran muy gracioso y era muy chistoso ver como dizque cocinaban algo que olía y sabía genial, hasta que llegó un chico morenito que dijo algo así como 'Lleguenle perras' y ya termino de cocinar el pescado como se debía. En algún momento quisimos ayudar, pero ese mismo chico nos quito de nuestra tarea con una cara que claramente decía '¡Agh! ¡Mujeres!'. En la cena nos la pasamos platicando acerca de donde eramos, quienes eramos y hacia donde ibamos. Eran unos ex-estudiantes que cuando acabaron la carrera prometieron reencontrarse cada año, no importando que tan lejos vivieran. El año pasado fueron a Marruecos, de donde era el chico morenito y este año iban a París. Así que iban en dirección contraria a la nuestra, pero Vincent conocía nuestras dos próximas paradas: Lyon y Marseille, habiendo el crecido en esta última. Nos recomendó lugares que visitar y ver en Lyon y Marseille, medio entendiendonos en una babel de español, inglés y francés, pues uno de ellos -cuyo nombre no recuerdo- estudió español, pero no podía seguirnos en nuestra conversación en español, así como nosotras no teníamos ni idea cuando ellos hablaban en francés. Al final compensamos la comida consumida lavando los platos, lo cual no considero que sea machista ni nada parecido, teníamos que pagar de alguna manera la comida conseguida y era la única manera en ese momento. Al final nos invitaron a un bar, pero Xochitl tenía cara de duh! y mejor nos fuimos a dormir, con un lindo recuerdo de una cena con franceses buena onda. 

Y así acaba otro día de este largo viaje, que no es sino una mínima parte del camino que ha de llevarme hasta Praga, desde México y pasando por Madrid, Barcelona, París, Londres, etc...

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