martes, 28 de enero de 2014

Día 0: The day has come

Pues me levante más temprano, me seguía doliendo la cabeza pero ya no tanto. Me despertó la ansiedad y la expectativa del denominado Día 0, mi dolor de cabeza además de sentir a una gata encima de mi aplastando mis intestinos. Me la pase acomodando todas mis cosas y mal guardando todas las cosas que pude en mi super maleta de 22kg calculados.

Para celebrar mi partida, mi madre preparó pozole y mi prima Suhail vino a comer a la casa. Tambien me llamaron mis primas Betty y Lupe (ella casi se cortaba las venas).

Al final, el día se fue demasiado rápido y cuando menos me di cuenta mi padre me preguntó si ya podía subir la maleta a la camioneta.

Nadie habló mucho en el viaje. Ya no había nada que decir, Nidia se iba pero ellos saben que volveré. Mi papá nos dejó en la puerta 9 y fui a documentar la gran y omnipotente maletota. Entonces me dieron la graaaaan notiicia de que mi primer vuelo, con destino a Amsterdam, había sido cancelado y que me tendrían que trasladar a un vuelo de AirFrance, cambiando todo el itinerario incluyendo las horas de salida y llegada. Al final salí corriendo de la sala de Documentación, pues el abordaje del nuevo vuelo ya había comenzado.

La despedida de mis papás fue tan breve que fue dolorosa. Pero tal vez fue lo mejor así, aunque me dolió dejar a mi mamá llorando y a mi papá con cara de '¡No te vayas!', pero ya estaba el abordaje del avión y debía de irme. Me fui chillando como magdalena, pero lo bueno es que los policías me miraban con cara de pobrecita y me tenían paciencia de que acomodase todas mis cositas que tenía de las dos mega mochilas 'de mano', con computadora y Goodman incluido.

Ya por fin me subí al avión, tras haberme comprado una botellita de agua porque moría de sed, tanto llorar causa deshidratación. Por fin subí al avión, tras una larga y eterna fila llena de francesitos viejitos. Nidia en un momento de romanticismo decidió que quería ventanilla. Así que solo fue hasta que llegué al avión que dije... 'Madres!'. La distancia entre mis rodillas y el asiento siguiente era de menos de 10 cm y los microasientos hacía que casi intimarás con el vecino de al lado. Me tocó al lado de unos viejitos franceses muy amables pero que tampoco eran muy sociables. Además, Nidia tuvo la buena idea de no sacar los audifonos ni los libros ni 3DS ni nada. Entonces de pronto me encontré aprisionada entre la ventanilla y el señor y sin nada con que entretener mi ansiedad.

Sirvieron la cena y repartieron unos audifonos, pues los asientos tienen como tablets integradas! Mientras servían la cena empece a ver una película que creo que aún no se estrena en México titulada 'La vie de Adele'. Posteriormente me arrepentí de haberla escogido por todas las constante escenas de sexo entre mujeres y hombres y hombres y mujeres, y yo con los viejitos al lado. Pues ni modo, terminé de ver la película y por fin me fui a dormir, sin saber la localización exacta de donde estaba y con la certeza de la incertidumbre.

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