domingo, 16 de febrero de 2014

Día 20: Toledo

Después de un largo día recorriendo un trocito de Madrid y un concierto, sinceramente no me pude levantar temprano. Pobre Javier, siempre me espera u_u al final si logre alcanzarlo y ya nos fuimos a Toledo en autobus, a una hora y media de camino. Todo el camino nos la pasamos bien felices platicando y diciendo puras tonterias y no dejando dormir a los chinos que iban al lado.

Toledo, de lejitos
Por fin llegamos a Toledo, bajamos y empezamos a caminar (Y así seguimos toda el día). Encontramos dos museos, el primero, cuyo nombre no recuerdo, contenía obras toledanas de distintos tipos, desde piezas de cerámica, pasando por cuernos de mamut, hasta pinturas y esculturas sacras y una que otra obra de El Greco. 



Esta mujer, padecía del mismo infortunio de la mujer actual:
La pérdida irremisible de sus tuppers
De El Greco 
Al salir de la plaza seguimos nuestra gran y monumental caminata, por ese pueblo medieval, encerrado en una muralla para protegerse de invasores y para servir como un bastión de cada religión que la tuvo como suya durante su respectivo tiempo. Encontramos otro museo (¡me gustan los museos! :D) Esta vez, toco el turno al Museo del Ejército.

El Museo del Ejército consta de dos edificios, uno formado por el antiguo Alcazar de Toledo, y por un edificio mucho más nuevo y modernista, construido sobre unas ruinas del tiempo del Imperio Romano.

El Alcazar de Toledo, en su momento fue un edificio muy importante, en donde se entrenaba a la Infantería y que tiene un gran legado cultural, no solo por la parte bélica. Este lugar esta casi completamente reconstruido, debido a que durante la Guerra Civil Española el lugar fue bombardeado y practicamente reconstruido, pues fue una de las últimas bases militares tomada por Franco. Uno de los cuartos del antiguo Alcazar recrea el lugar donde el Comandante (o General o algo) habló con su hijo por última vez antes del bombardeo. El hijo había caído preso y era prisionero de guerra. Sus captores negociaban la entrega del Alcazar a cambio de la entrega del hijo en los próximos 15 minutos. Al hablaar por última vez entre ellos, el joven ofrenda su vida a la patria y al colgar, el Comandante le dijo tan tranquilamente, 'Les regalo los 15 minutos'. ¿Prueba de heroismo patriotismo inigualable o solo una anecdota aumentada a través de los años? Los que lo pueden saber están bastante muertos. 



Es uno de los museos más grandes que jamás haya visitado. Creo que ni el Reina Sofía es tan grande. (No he subido post del Reina Sofía!!!!!!! solo por eso he de visitarlo otra vez :D) Cuenta con múltiples exposiciones temporales y una graaaaaaaaaaaaaaaan exposición permanente. Entre las exposiciones que visitamos, dos me gustaron particularmente: El ejercito antes de los ejercitos y una exposicion de miniaturas de soldados de plomo. Las más recientes de estas figuras, que ya son catalogadas como obras de arte, contienen detalles pequeñisimos y que le dan a la figura ese realismo crudo que solo la guerra puede causar en las personas.

Creeeeeo que no recorrimos ni la mitad de ese museo, al cual yo sinceramnete le cambiaría el nombre: Historia de como España es mejor que todos y tiene los huevos para pelearse con todo mundo. Es literal. ¡¡¡¡En algún momento estuvieron en guerra con Dinamarca!!!! ¡Quién coño se pelea con Dinamarca! Y me resulta muy curioso, pero casi todo es acerca de las conquistas y de como se peleaban con todos... pero no de como perdían territorios. La pérdida de casi un continente completo en las Américas amerita solamente unos 6 u 8 cachitos de exhibiciones individuales, mientras que hay una exposición completa de la evolución de la bandera española. Creo que todavía les duele la herida >:D

Salimos del museo porque me sentía desfallecer del hambre y comimos en donde pudimos. JAvier es muy pudiente y se compro una paella por 11.20 euros D: demasiado para mi pobre economía.

Al salir seguimos caminando y caminando y caminando y así... hasta que llego la hora de irnos. En nuestro caminar encontramos varias iglesias y mequitas y muchas puertas que conectan a Toledo con el exterior, pues si bien ya no hay moros, la ciudad sigue encerrada en su pequeña concha de molusco gigante.












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